El hábito que hemos adquirido durante muchos años es sin darnos cuenta uno de los principales obstáculos para conseguir dejar de fumar. Es fácil dejar de hacer algo que no sea un hábito, pero dejar algo que es prácticamente parte de nosotros es un gran problema.
Un fumador se levanta por la mañana y no está realmente tranquilo hasta que no se fuma su cigarrillo, igual le pasa cuando acaba de comer, si estuviera en un lugar en el que no puede fumar, no se relajaría hasta que pudiera salir a fumar.
Todo esto representa un problema, ya que además de la adicción a la nicotina, el tabaco tiene una estrecha relación con todo lo que hacemos y marca el ritmo de nuestro día a día.
Un fumador, desde que se levanta hasta que se acuesta, tiene unos cigarrillos “obligatorios” que fumar cada día y en unos momentos muy concretos. No es que necesite una cantidad concreta de nicotina al día, si fuera eso se la podría administrar por la mañana y ya tendría el día solucionado, el problema de un fumador es que necesita además su relación con el cigarrillo y el café de la mañana, después de comer, después de cenar con los amigos, si se toma una cerveza, etc… y ese es uno de los grandes problemas que hay que superar.
Me acuerdo cuando en uno de los primeros días en los que había dejado de fumar había quedado con un amigo en una terraza de un bar, cuando pedí algo para beber me costó mucho superar esa espera, y no porque me hiciera falta la nicotina, sino porque siempre que me sentaba a tomar algo en una terraza lo hacía con un cigarrillo.
Un fumador se levanta por la mañana y no está realmente tranquilo hasta que no se fuma su cigarrillo, igual le pasa cuando acaba de comer, si estuviera en un lugar en el que no puede fumar, no se relajaría hasta que pudiera salir a fumar.
Todo esto representa un problema, ya que además de la adicción a la nicotina, el tabaco tiene una estrecha relación con todo lo que hacemos y marca el ritmo de nuestro día a día.
Un fumador, desde que se levanta hasta que se acuesta, tiene unos cigarrillos “obligatorios” que fumar cada día y en unos momentos muy concretos. No es que necesite una cantidad concreta de nicotina al día, si fuera eso se la podría administrar por la mañana y ya tendría el día solucionado, el problema de un fumador es que necesita además su relación con el cigarrillo y el café de la mañana, después de comer, después de cenar con los amigos, si se toma una cerveza, etc… y ese es uno de los grandes problemas que hay que superar.
Me acuerdo cuando en uno de los primeros días en los que había dejado de fumar había quedado con un amigo en una terraza de un bar, cuando pedí algo para beber me costó mucho superar esa espera, y no porque me hiciera falta la nicotina, sino porque siempre que me sentaba a tomar algo en una terraza lo hacía con un cigarrillo.
Ése fue uno de mis principales miedos cuando decidí dejar de fumar, el "cigarrillo social". Y creo que fue mi determinación por conseguirlo lo que hizo que no me afectara lo más mínimo. Se puede tomar café, se puede comer o cenar, y se puede ir de copas con los amigos sin necesidad de fumar... y la verdad es que no tienes ganas.
ResponderEliminarLa verdad es que se puede hacer de todo sin fumar, pero también es verdad que cuando estas dejando de fumar es difícil convivir con los fumadores, cuando realmente superas estos momentos es cuando empiezas a ver el fin.
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