Ir al contenido principal

El imperceptible olor del tabaco

Estando en la sala de espera de la consulta del médico he experimentado algo que ni recordaba, el olor a tabaco. Me explicaré mejor, a llegado un hombre que a pasado por mi lado desprendiendo un fuerte olor a tabaco, supongo que antes de entrar se había fumado un cigarrillo y al entrar aún conservaba ese fuerte olor característico de los fumadores, ese olor es el que no recordaba. Claro no podía, yo siempre debía hacer ese olor y por eso se me hacía imposible notarlo. Ya me había ocurrido alguna vez en el trabajo, cuando por la mañana me fumaba un cigarrillo con el café de la mañana, me lo fumaba fuera en la calle, pero algunas veces al entrar, alguna de mis compañeras me había dicho que olía muchísimo a tabaco, pero claro, para mi era imposible percibir el más mínimo olor a tabaco, formaba parte de mi.

Ahora es cuando empiezo a entender la sensación que debían tener las personas no fumadoras más cercanas a mi cuando me acercaba a ellos.

Comentarios

  1. Cierto, y para mí ahora es un olor desagradable. Otra cosa que notarás con el tiempo es cómo se agudiza tu olfato. En casa tenemos un ramillete de eucalipto en un jarrón, y mi mujer, que es fumadora, no percibe el intenso aroma a eucalipto que despide. Huele de bien...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un mes y medio sin fumar

Ahora que ya no fumo soy mucho más observador con los hábitos y costumbres de los fumadores, quizás es por mera curiosidad, quizás por encontrar un motivo que me explique como pude estar tanto tiempo enganchado al tabaco, pensando que sería imposible dejarlo. Ahora me fijo mucho más en la gente que hay fuera de un local fumando, en el balcón de su casa (ahora en invierno no creo que nadie pueda decir que es un placer...), al dar el primer sorbo a un café por la mañana, el cigarrillo de quien espera... cuando paso cerca de alguno de estos fumadores me pregunto a mi mismo cual fue el motivo que me llevó a pensar que no podría dejar de fumar. Hoy hace 6 semanas que dejé de fumar y ya he llegado a un punto en el cual no necesito el tabaco para nada, ni hay situaciones que me sean más complicadas de afrontar sin un cigarrillo. Estoy contento, puedo pasar los días sin notar la adicción que me consumía cada día poco a poco. Cuando me planteé dejar de fumar creía que un mes y medio sin fuma...

Segundo día sin tabaco, un gran paso

El segundo día, es un día especial, ya he conseguido pasar todo el primer día sin fumar y esto es un gran avance, para una persona no fumadora puede resultar hasta cómico oír esto, para un fumador estar un día entero sin fumar es un reto. La verdad si he podido estar un día entero, no veo la razón para no estar otro… Lo que me resulta más curioso ahora que no fumo, es la atención que presto a las personas fumadoras, las observo para ver su reacción al encender un cigarrillo, cuando sacan el humo, al comprar un paquete en la máquina de tabaco… es el ritual de esta gran adicción. También estoy contento de haber elegido este fin de semana para dejar de fumar, el lunes es fiesta, creo que así cuando el martes vuelva al trabajo, estaré más acostumbrado a la nueva vida sin humo, ya llevaré tres días sin fumar. Al escribir esto también me doy cuenta de la obsesión por el tiempo pasado de los que dejamos el tabaco, me explicaré mejor. Al dejar de fumar siempre estamos contando los días que hac...

El último cigarrillo (el desenlace)

Ayer os dije que iba a contar como fue mi último cigarro. La verdad, cada vez que pensaba que iba a dejar de fumar no me imaginaba como sería fumarse un último cigarrillo, supongo que la idea que tenía es que se me haría demasiado corto, no sabría si dar más caladas para ingerir más humo o por el contrarío intentar que no se quemara demasiado rápido para que el momento se hiciera más largo, casi eterno. También pensaba donde me lo fumaría, supongo que si lee esto un no fumador tiene derecho a reírse y pensar que menuda estupidez, pero para un fumador es una situación que tiene mucha importancia. Bueno, en cuanto al lugar donde fumar ese último cigarro, era difícil de decidir, no podía ser un cigarro andando por la calle pendiente de otras cosas, ni en una parada de autobús mientras veo como llega el mío y aún no he fumado ni la mitad, no podía ser así, tenía que ser un momento en el que dedicase toda la atención del mundo a ese cigarro y además tenía que disponer del tiempo suficiente...