Estos días me estoy dando cuenta de que la costumbre de fumar está muy relacionada con situaciones y lugares que ahora, poco a poco, tengo que ir superando. Me explicaré mejor, antes me fumaba un cigarrillo con el primer café de la mañana, una vez consigo superar la necesidad de ese cigarro, el control que tengo sobre ese cigarrillo/situación es mucho mayor. Ahora poco a poco tengo que ir superando la multitud de situaciones que a lo largo de la vida he ido relacionando con el tabaco. Antes fumaba dentro del coche, y claro, cada vez que subía al coche me encendía uno, al salir de un centro comercial, después de comer, de cenar, al terminar algo, al hacer una pausa, con una cerveza, cuando estaba nervioso, cuando estaba relajado… en definitiva siempre hay un momento para un cigarrillo, así que ahora lo que me toca es ir eliminando esos momentos de mi cabeza (físicamente ya no fumo) para olvidar en lo máximo posible el tabaco.
Es curioso observar como el tabaco se va introduciendo dentro de la vida de los fumadores, lo hace muy lentamente, prácticamente ni te das cuenta, siempre piensas que no estás enganchado, hasta que al final, cuando decides dejarlo te das cuenta de que llevas diez, quince o veinte años fumando. En este punto, dejarlo es más complicado de lo que parecía, tu cabeza necesita, además de la nicotina, superar todos estos momentos en los que siempre te acompañó un cigarrillo, ya forma parte de tu vida.
Ahora que llevo diez días sin fumar resulta casi cómico ver que tampoco es tan difícil dejar de fumar, la tragedia insuperable que parecía avecinarse cuando decidí dejar el tabaco, de momento no aparece, por ahora tengo una gran satisfacción y me siento orgulloso de estar en este punto.
Es curioso observar como el tabaco se va introduciendo dentro de la vida de los fumadores, lo hace muy lentamente, prácticamente ni te das cuenta, siempre piensas que no estás enganchado, hasta que al final, cuando decides dejarlo te das cuenta de que llevas diez, quince o veinte años fumando. En este punto, dejarlo es más complicado de lo que parecía, tu cabeza necesita, además de la nicotina, superar todos estos momentos en los que siempre te acompañó un cigarrillo, ya forma parte de tu vida.
Ahora que llevo diez días sin fumar resulta casi cómico ver que tampoco es tan difícil dejar de fumar, la tragedia insuperable que parecía avecinarse cuando decidí dejar el tabaco, de momento no aparece, por ahora tengo una gran satisfacción y me siento orgulloso de estar en este punto.
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