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El tabaco en nuestra sociedad

Estos días he podido ver que la mayor parte de la gente que sabe que he dejado de fumar no creen que lo haya dejado del todo, piensan que siempre hay algún cigarrillo escondido, ese de después de comer, el de después de cenar, etc… pero no, no hay cigarrillo escondido, estoy intentando, y de momento lo estoy consiguiendo, ser consecuente con mi decisión de dejar de fumar. No tendría sentido fumarme algún cigarrillo “a escondidas”, ¿de quien tengo que esconderme?, ¿de los demás?, ¿de mi mismo?, no tendría sentido, el único engañado sería yo mismo. Es curioso, pero hasta los que nunca han fumado ven que es muy difícil dejar el tabaco, ven que es una adicción.
Hasta hace poco los no fumadores han respetado prácticamente sin oponerse al humo del tabaco en casi todos los espacios de convivencia de la sociedad, bares, discotecas, aviones (si, si, hasta hace relativamente poco se podía fumar en los aviones!!) y yo creo que lo han aceptado al ver que los fumadores éramos tan dependientes del tabaco que si nos privaban del humo no podíamos desarrollar la vida con normalidad, por suerte esta tendencia va cambiando y ahora son los fumadores los que se tendrán que adaptar a la vida cotidiana sin humo.
Aun recuerdo cuando era pequeño, al ir de viaje en coche con mis padres y mis hermanos, siete personas dentro del coche, solo fumaba mi padre y todos los demás teníamos que convivir con el humo, ahora esta situación ya no estaría tan bien vista por la sociedad, un padre fumando dentro del coche con sus hijos!!!
Creo que poco a poco la sociedad está avanzando y reconoce los perjuicios del tabaco, es un proceso lento, pero tiene que ser así, son demasiados años en los que el tabaco a formado parte de nuestra sociedad de una manera muy activa. Ahora tenemos que ir asimilando poco a poco el nuevo papel que el tabaco va tener socialmente.

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